La constancia, perseverancia y resiliencia resumen la permanencia y el éxito de los 14 años de la microempresa salvadoreña, El Rey del Chocolate, la cual se dedica a la fabricación y elaboración de chocolate artesanal en tablilla, un tipo de chocolate que se presenta en una tablilla redonda y compacta.
Don José Isidro Aguilar inició su empresa El Rey del Chocolate como suelen iniciarse muchos emprendimientos: en tiempos de crisis. En septiembre del 2008 don José se quedó sin trabajo y, junto a su esposa, con un hogar y cinco hijas que mantener. Ante esa adversidad, y dada su experiencia de vendedor de otra empresa de chocolate, donde había conseguido clientela en supermercados, decidió hacer su propio negocio y empezar de cero.
“Cuando empecé sólo tenía unas latas para secar el producto, no tenía molino, ni equipos, no tenía nada”, relata don José Isidro. “Todo el producto lo llevaba al molino, de ahí a mí casa donde los procesaba en tablilla junto con mis hijas y esposa, luego lo iba a vender de mercado a mercado”.
Los primeros meses fueron una decepción total. No vendía nada a pesar que el producto era bueno. Los posibles clientes decían que lo encontraban muy caro, porque al elaborarse en pequeñas cantidades, los costos eran superiores a la competencia que trabaja con volúmenes mayores. “No tuvo la aceptación esperada”, recuerda el emprendedor.
Luego de meses de suplicio, donde no sacaba ni la inversión y el producto no se movía, don José se enteró por unos amigos de negocios dónde estaban comprando productos y aceptando nuevos proveedores, y es así que logra conseguir puntos de venta y empieza a desarrollar su emprendimiento.
El Rey del Chocolate ahora está dinamizando la economía del país. Pasó de trabajar solo con sus hijas y esposa, a generar 12 empleos, seis en producción y seis en reparto. Ahora su producción de chocolate en tablilla la distribuye al mercado nacional, en minisúpers, tiendas de mayoreo, venta de lácteos, y todos los mercados de la zona occidental.
Llega la pandemia
Cuando todo parecía que iba viento en popa, llegó el Covid 19 al mundo y nuevamente una crisis pone a prueba la capacidad de don José para sobrevivir. La pandemia trajo una crisis en las ventas, se quedó con la existencia de una inmensa cantidad de producto estancado, no sabían cómo moverlo, sobre todo por las restricciones de movilidad por la cuarentena en el país.
En este contexto, El Rey del Chocolate debía adaptarse a las nuevas circunstancias para permanecer en el mercado del chocolate, y es cuando el Proyecto Alianza Cacao le apoya en el mercadeo digital. “Esta microempresa no sabía nada de redes sociales, se le capacitó, se le hizo un plan de negocios que le permitió fortalecer la administración de la empresa y la visión de mercado”, dice Jairo Andrade, director de Alianza Cacao.
Tener presencia en redes sociales le permitió dar el salto hacia un mayor posicionamiento de la marca y el producto. El Rey del Chocolate empezó a tener demanda en línea. En medio de las restricciones por el Covid, consiguió permiso para poder salir a entregar su productor y empezó a vender toda su producción.
Desde el año 2019 don José Isidro empezó a recibir apoyo del Proyecto Alianza Cacao como un aliado estratégico. Le apoyaron con un diagnóstico empresarial, equipos, asistencia técnica, plan de negocios, imagen comercial, dado que de acuerdo al proyecto es un beneficio en cascada que llega hasta los productores de cacao.
De acuerdo a Camila Sandoval, coordinadora de agronegocios de Alianza Cacao, la visión del proyecto está encaminada a sustituir las importaciones de cacao de El Salvador y abastecer la demanda nacional con la semilla cultivada por productores salvadoreños. Se busca fortalecer a la micro y pequeña empresa del país, para que sean los principales motores de la dinamización de la cadena de valor del cacao nacional.
“Las empresas trasformadoras son aliados estratégicos”, agrega Sandoval. “Ellos tenían años comparando en el extranjero, se les acercó a los productores con los cuales se trabajaba en calidad y propuesta de valor, y se les asesoró para que crecieran con planes de negocios, imagen comercial, mercadeo digital, como un efecto en cascada, beneficioso, ya que como empresa ancla genera sostenibilidad”.
El Rey del Chocolate, por ejemplo, antes suplía toda su demanda con cacao procedente de Nicaragua. Ahora compra un 60 por ciento de su cacao a productores salvadoreños, ya que todavía la producción de El Salvador está en desarrollo y aún no puede suplir el cien por ciento de su demanda. Actualmente compra de 12 a 15 quintales semanales a proveedores de El Salvador, y 10 quintales a productores de Nicaragua.
De esta forma, don José empezó a tener cadena de valor y los productores de El Salvador producen lo que él necesita. Les explicó las características de cómo necesita el cacao. Para chocolate de tablilla le sirve mejor el lavado, no fermentado, y los productores empezaron a responder a su demanda y así se asegura la compra total.
El emprendedor ha educado al productor para generar un protocolo de cacao lavado, de forma que cuando el proyecto se vaya, el productor va saber qué hacer para cumplir las 1,000 toneladas que requiere el mercado salvadoreño de chocolate.
El Rey del Chocolate llegó para quedarse, sigue creciendo y adaptando su negocio a la demanda. “Tengo muchas visiones a nuevos productos, antes era cerrado y pensaba solo en tablilla, ya que era mí fuerte, ahora ya comprendí que debería tener otros productos y pienso sacar una diversidad de producto de chocolate, en polvo, de sabores y bombonería”, dice don José mientras se toma un tiempo entre las llamadas de nuevos pedidos.
Mayor información:
Jairo Andrade, director Alianza Cacao El Salvador, jairo.andrade@crs.org
Redacción: Judit Vanegas, judithvanegas@rikolto.org