El cacao centroamericano se sostiene y aspira a crecer, aún en el contexto actual de pandemia
El cacao de Centroamérica y de República Dominicana, se perfila con potencial para el periodo 2020-2021, pese a enfrentar el segundo año de pandemia.
Según pronósticos de la Organización Internacional del Cacao (ICCO), un total de 85,400 toneladas del rubro se podrían producir en la región, en este período.
Es decir, “Centroamérica y República Dominicana están bien situadas, para satisfacer la tendencia internacional de consumo que se enfoca en productos Premium, cacao de alta calidad y con cadenas de producción cortas y directas”, destaca el economista de ICCO, Esteban Tinoco.
Pero, ¿qué hace sostenible al sector, a nivel regional, en un año nada fácil? Expertas y expertos que participaron en las conferencias y paneles de cacao organizadas por el Comité de Cacao de Centroamérica y República Dominicana (SICACAO) en la Expo Agro visión SAN 2021, realizado por EUROSAN, tienen la respuesta: una sólida asociatividad, un cacao con altos parámetros de calidad, buenas prácticas agrícolas y empresariales y conocimiento del mercado.
La Asociación de Pequeños Productores de Talamanca (APPTA), en Costa Rica, es un buen ejemplo. Juanita Baltodano, su representante, recuerda que cuando se asociaron eran 70 productores orgánicos y hoy día son 1,000. ¿Cómo lo han logrado? “Con estrategias de sostenibilidad”, remarca.
“Una de estas estrategias es precisamente el estar agrupados porque esto nos permite capacitarnos, estar debidamente informados, y cumplir con el mercado pide”, señala Baltodano.
En Panamá, la Cooperativa de Servicios Múltiples Cacao Bocatoreña (Cocabo), de Bocas del Toro, fundada, hace 69 años, entre tanto, se ha sostenido con una membresía leal hasta la actualidad.
Su gerente general, Manuel Palacios Quintero, explica que “contar con miembros (leales), con espacios abiertos, democráticos en la organización, compartir y ser solidarios, ha fortalecido la cooperativa, también (ha ayudado que) los mercados están comprometidos con un modelo ambiental y amigable, allí coincidimos”.
En el otro extremo de la región, en la zona nororiente de Guatemala, la Asociación de Productores Orgánicos para el Desarrollo Integral del Polochic, que en sus 18 años de existencia ha pasado de 48 asociados a 1,327, el 98 % de la etnia maya kekchí, agradece su sostenibilidad a las buenas prácticas de manejo de cultivo y de negocios.
“Pero igualmente han ayudado las buenas prácticas empresariales, como el de llevar todos los procesos administrativos en orden, el manejo transparente de la organización, contar con órganos de gobernanza que lleven a la organización al buen manejo”, afirma su representante Marvin López García.
Certificarse, otra estrategia
Los casos de Costa Rica, Panamá y Guatemala no son excepciones, según Elizabeth Rizo, representante en Nicaragua de la chocolatera alemana Ritter Sport, tener una asociación sólida y un producto de calidad facilita a las cooperativas mantenerse a flote: conseguir financiamiento, mejorar su productividad, y obtener asesoría en la comercialización.
Rizo comenta que, en Nicaragua, la Cooperativa Flor de la Dalia fue la primera en certificarse en este país bajo el nuevo estándar de agricultura sostenible de Rainforest Alliance. Algunos de sus cooperados, según la experta, han pasado de (producir) 300 kilos por hectárea a 420 kilos por hectárea, y hay casos de productores que han pasado ahora a 500 kilos por hectárea.
“A través del incremento de la producción han pasado de 24 toneladas que entregaban a Ritter Sport en el 2004 a 100 toneladas que entregan el día de hoy. Nosotros empezamos en 2007 con 450 toneladas y hoy en día se exportan 2,000 toneladas de cacao fermentado de calidad, eso es un logro mayúsculo para agricultores cuyas parcelas tienen quizá una hectárea o menos de extensión”, resalta Rizo.
Las oportunidades
El economista de ICCO, Esteban Tinoco, advierte que en la región se producen cacaos finos de aroma y estos tienen diferentes características en cada país, que los hace únicos.
“Los países de Centroamérica y de República Dominicana pueden competir (en el mercado internacional) en cuanto a la calidad del cacao que producen, diferenciándose y resaltando las particularidades de su cacao”, subraya.
A lo que suma otras fortalezas: “Se puede ver que, en la región, la producción va caminando de la mano hacia sus mercados. Algo importante en América Central son sus sistemas de asociatividad, eso permite estandarizar los procesos, como en el de post cosecha, y esto ayuda a crear calidad y contribuye a acercarse a mercados más exigentes”, añade.
Por otra parte, “los consumidores están buscando productos que sean sostenibles con el medio ambiente, y la región puede promover el uso de sistemas de producción amigables con el ambiente, como los sistemas agroforestales”, refiere el economista.
Actualmente, la tendencia de compra es un cacao con sabores característicos resaltantes, que pueden ser a nuez, floral, frutal, miel, dulce o chocolate, según concuerdan Mey Choy Paz, enlace del sector privado de Fine Chocolate Industry Association (FCIA), y Dolores Alvarado, de Bioversity International,
“Esto normalmente lo están comprando los chocolateros, desde pequeños, medianos, hasta grandes que ya están trabajando el tema de chocolatería fina con lotes de cacao finos”, apuntan indicando que, en ese sentido, la región tiene oportunidades.
Perspectivas en segundo año covid
Las perspectivas del mercado de cacao centroamericano y de República Dominicana, son alentadoras, a pesar del escenario covid.
Alejandra Díaz, especialista del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), apunta que las emergencias no se van a detener y lo que toca, es hacer que todos los sectores sean más resilientes y capaces de saber vivir y convivir con emergencia tras emergencia.
Díaz, menciona que hay prácticas que tienen que seguir reforzándose con una mirada más integral del manejo de riesgos. “El sector está viendo los riesgos económicos, sanitarios, ha ampliado su tema de inocuidad, de calidad, ahora por cuidar la salud del trabajador, y el otro es el riesgo de la continuidad de las operaciones, no puede parar, hay que darle un tratamiento equilibrado, pero con una mirada de gestión integral del riesgo, y esto significa más innovación, y en esto, el asunto de los medios virtuales, de la tecnología es importante”, manifiesta.
Por lo pronto, de acuerdo a ICCO, el sector ya tiene sus pilares para enfrentar el 2021, con “un cacao fino de aroma, de alta calidad y sostenible”.