Unas 1,500 familias indígenas de las etnias Ngöbe y Teribe de la provincia de Bocas del Toro, Panamá, han encontrado en el cacao orgánico y cultivado en Sistemas Agroforestales (SAF) un medio de vida y un cultivo integral que además les permite el resguardo del medio ambiente.
Estas familias son socias de la Cooperativa de Servicios Múltiples Cacao Bocatoreña (COCABO R.L) y habitan en comunidades vecinas al Bosque Protector de Palo Seco, el cual fue creado para ser un corredor de conservación que une la Reserva Forestal Fortuna, en la provincia de Chiriquí, y el Parque Internacional La Amistad. En esa región se encuentran importantes cuencas, como la de los ríos Changuinola, Chico, Chiriquí, Chiriquí Viejo, Cricamola y Fonseca. Estos ríos se cuentan entre los más grandes del país.
La COCABO es una cooperativa con sostenibilidad. Con 70 años fue la primera cooperativa agrícola fundada en Panamá en 1952 y su lema “cultivando cacao, proteges el ambiente” ha sido adoptado por sus socios como parte de su ADN.
“El cuido del medio ambiente es una cultura que tenemos todos los asociados de COCABO, cultivamos sin agroquímicos y en Sistemas Agroforestales (SAF), donde el cacao va con maderables (bosque) y frutales”, dice el líder productor Roberto Quintero, de la comunidad La Gloria provincia de Bocas del Toro.
Las familias asociadas de COCABO tienen en conjunto 4,500 hectáreas de cacao orgánico cultivado en SAF. El sistema revierte la deforestación, fomenta la reforestación y la diversificación de cultivos, tanto maderables como alimenticios.
Quintero es un líder productor de 56 años, que, junto a su esposa ha criado a sus nueve hijos con los productos que le genera el cacao bajo SAF. Desde el 2003 es asociado a la COCABO y fue directivo de la cooperativa.
Al igual que Quintero, los socios de COCABO tienen ingresos permanentes con los diferentes cultivos que están asociados con el cacao. Comercializan cacao, banano orgánico y madera de forma conjunta a través de la cooperativa.
“Estoy produciendo 1,700 libras de cacao orgánico anual. Lo vendemos a través de la cooperativa (COCABO) a clientes en Suiza y el mercado local”, dice el productor.
Maira Santos, presidenta de la cooperativa COCABO, indicó que exportan 175 toneladas de cacao orgánico al año a cada uno de los dos clientes fijos con los que están comercializando en Suiza, y a nivel nacional se envía 100 tTM.
La producción de los asociados obtiene un mejor precio porque está certificada con FairTrade, Orgánico y KIWA BCS.
Quintero destacó que a través de la cooperativa igualmente tienen un mercado fijo para el banano orgánico que cultivan en asocio con el cacao. El productor corta de seis a siete cajas de banano cada 15 días que son acopiados y comercializados por la cooperativa junto al banano de 67 asociado de diferentes comunidades.
El banano es un producto orgánico avalado por la certificación y se exporta localmente a los Supermercados de Riba Smith.
Quintero tiene además su cacao combinado con árboles maderables de laureles, almendros, y otras especies, los cuales también comercializa a través de la cooperativa. La cosecha de frutales como naranja, limón y otros, la vende en el mercado local y la usa para autoconsumo.
COCABO R.L apoya a sus socios con la comercialización de la madera que es parte del asocio del cultivo de cacao. La cooperativa consigue el mercado, se indica a los socios las especies, el productor gestiona el permiso con Mi Ambiente y se consolida el volumen de cacao y de los otros productos, indica Santos.
La lideresa destacó que como un compromiso de los socios el productor/a debe sembrar 10 árboles más de los que se comercializan, para la sostenibilidad ambiental y para las futuras generaciones.
El cacao y los árboles maderables con que se asocia cumplen una importante función de fijación de carbono, actuando como sumidero del mismo y productor de oxígeno, que contribuye de esta manera al mejoramiento del aire.
Junto con la comercialización del cacao y la implementación de proyectos de Comercio Justo en las comunidades locales, la cooperativa apoya a sus miembros con asistencia técnica de la mano con el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) para aumentar el rendimiento y la calidad de los cultivos. Asimismo, brinda el premio de Comercio Justo que es distribuido a finales de cada año.
“El cliente solicita cómo quiere el producto y la calidad, y a través de los técnicos se brinda asistencia técnica al productor y se le explica cómo garantizar la calidad que el cliente solicita”, agregó la líder.
Quintero destaca que como asociado recibe capitación en limpieza, mantenimiento y control de enfermedades. “No usamos agroquímico para la maleza y el control de las enfermedades, todos los manejos los hacemos manualmente con herramientas”, dice.
En la parcela de tres hectáreas de Quintero no se pierde nada. Todos los desechos orgánicos de la finca se vuelven a aplicar en su cultivo. “Desde hace tres años estamos elaborando abonos orgánicos, reusando las cáscaras de la mazorca del cacao, desechos del banano, y las hojas de árboles, que son nutrientes para el suelo y eso es lo que aplicamos a los cultivos”, dice muy orgulloso el productor.
La COCABO es miembro del Comité del Cacao de Centroamérica y República Dominicana (SICACAO) y está contribuyendo con la implementación de la Estrategia Regional de cacao, cuyo objetivo es fomentar el desarrollo competitivo y sostenible en los ámbitos económico, social, cultural y ambiental del subsector cacaotero en la región de países del SICA.
Redacción: Judit Vanegas, Judith.vanegas@rikolto.org
Más información: Maira Santos, ansnc24@gmail.com